Desde que he empezado a leer El cisne negro mis convicciones sobre el "poder de la mente" se tambalean.
Cito, resumiendo, las ideas más relevantes:
"Antes del descubrimiento de Australia, las personas del Viejo Mundo estaban convencidas de que todos los cisnes eran blancos, una creencia irrefutable pues parecía que las pruebas empíricas la confirmaban en su totalidad.Este hecho ilustra una grave limitación de nuestro aprendizaje a partir de la observación o la experiencia, y la fragilidad de nuestro conocimiento. Una sola observación puede invalidar una afirmación generalizada derivada de milenios de visiones confirmatorias de millones de cisnes blancos. Todo lo que se necesita es una sola ave negra."
"¿Para qué está hecha nuestra mente? No parece que nuestra mente esté hecha para pensar ni practicar la introspección: mi ancestro contrafactual, introspectivo y profundamente reflexivo habría sido devorado por un león, al tiempo que su primo no reflexivo, pero de mayor velocidad en sus reacciones, habría corrido a protegerse. Consideremos que pensar requiere tiempo y, normalmente, un gran desperdicio de energía; que nuestros predecesores pasaron más de cien millones de años como mamíferos no pensantes, y que en ese instante que ha sido nuestra historia y durante el que hemos empleado nuestro cerebro, lo hemos utilizado para ocuparnos de temas demasiado secundarios como para ser importantes. Pensamos mucho menos de lo que creemos."
"¿Cómo sabemos lo que sabemos? ¿Cómo sabemos que lo que hemos observado en unos objetos y sucesos dados basta para permitirnos entender sus restantes propiedades?Todo conocimiento al que se ha llegado mediante la observación llega incorporadas ciertas trampas. Pensemos en el pavo al que se le da de comer todos los días, confirmando su creencia de que la regla general de la vida es que a uno lo alimenten a diario, hasta la tarde anterior al día de Navidad. El problema sacude la naturaleza del propio conocimiento empírico. Algo ha funcionado en el pasado, hasta que... pues, inesperadamente, deja de funcionar, y lo que hemos aprendido del pasado resulta ser, irrelevante, falso o engañoso."
"Las afirmaciones, por muy arraigadas que estén en nuestros hábitos y nuestra sabiduría convencional, también pueden ser un error peligroso. Nuestra maquinaria deductiva, esa que empleamos en la vida cotidiana, no está hecha para un entorno complicado en el que una afirmación cambie de forma notable cuando su formulación en palabras se modifica ligeramente. Pensemos que en un entorno primitivo no existe ninguna diferencia trascendental entre las afirmaciones "la mayoría de los asesinos son animales salvajes" y "la mayoría de los animales salvajes son asesinos". Aquí hay un error, pero apenas tiene consecuencias. Nuestras intuiciones estadísticas no han evolucionado en el seno de un hábitat en que las sutilezas de este tipo puedan marcar una gran diferencia."
"Nuestras reacciones, nuestro modo de pensar, nuestras intuiciones dependen del contexto en que se presenta el asunto. Reaccionamos ante una información no por su lógica impecable, sino basándonos en la estructura que la rodea, y en cómo se inscribe dentro de nuestro sistema social y emocional.. Los problemas lógicos que en el aula se abordan de una determinada forma, pueden ser tratados de modo diferente en la vida cotidiana. El conocimiento, incluso cuando es exacto, no suele conducir a las acciones adecuadas, porque tendemos a olvidar lo que sabemos, o a olvidar cómo procesarlo adecuadamente si no prestamos atención, aun en el caso de que seamos expertos."
"La memoria y la flecha del tiempo se pueden mezclar. Tenderemos a recordar con mayor facilidad aquellos hechos de nuestro pasado que encajen en una narración, mientras que tendemos a olvidar otros que no parece que desempeñen un papel causal en esa narración. La memoria es dinámica, como un periódico en el que gracias al poder de la información posterior, se registran continuamente versiones nuevas del mismo texto. La memoria se parece más a una máquina de revisión dinámica interesada: recordamos la última vez que recordamos el suceso, y , sin darnos cuenta, en cada recuerdo posterior cambiamos la historia. Y por otra parte, inventamos algunos de nuestros recuerdos, pues se ha demostrado que mucha gente inventa historias de malos tratos en la infancia a fuerza de escuchar teorías".
Y además de tanto eliminar y sustituir recuerdos, llegamos a no saber cuáles eran verdad. http://www.tendencias21.net/Registran-imagenes-del-cerebro-olvidando_a13754.html
Y todo esto... sin abordar el impacto de las emociones, ni osar explicar qué ocurre en nuestra mente cuando dormimos. El tema es apasionante por sí mismo, será interesante continuar aprendiendo, meditando y compartiendo sobre él.
Fuente: El Cisne Negro. Nassim Nicholas Taleb.
Agradecimientos: Drs. Marín y Traver por sus publicaciones.
Añado un enlace sobre una entrevista al autor del libro por Eduard Punset para el que esté interesado en conocer algo más sobre el libro http://www.rtve.es/tve/b/redes2007/semanal/pr325/entrevista.htm y os aconsejo ver el enlace de su programa Redes de anoche dedicado a la gestión de las emociones. http://www.redesparalaciencia.com/7853/redes/redes-130-aprender-a-gestionar-las-emociones
Me reitero en lo dicho, el tema es fascinante.
Cito, resumiendo, las ideas más relevantes:
"Antes del descubrimiento de Australia, las personas del Viejo Mundo estaban convencidas de que todos los cisnes eran blancos, una creencia irrefutable pues parecía que las pruebas empíricas la confirmaban en su totalidad.Este hecho ilustra una grave limitación de nuestro aprendizaje a partir de la observación o la experiencia, y la fragilidad de nuestro conocimiento. Una sola observación puede invalidar una afirmación generalizada derivada de milenios de visiones confirmatorias de millones de cisnes blancos. Todo lo que se necesita es una sola ave negra."
"¿Para qué está hecha nuestra mente? No parece que nuestra mente esté hecha para pensar ni practicar la introspección: mi ancestro contrafactual, introspectivo y profundamente reflexivo habría sido devorado por un león, al tiempo que su primo no reflexivo, pero de mayor velocidad en sus reacciones, habría corrido a protegerse. Consideremos que pensar requiere tiempo y, normalmente, un gran desperdicio de energía; que nuestros predecesores pasaron más de cien millones de años como mamíferos no pensantes, y que en ese instante que ha sido nuestra historia y durante el que hemos empleado nuestro cerebro, lo hemos utilizado para ocuparnos de temas demasiado secundarios como para ser importantes. Pensamos mucho menos de lo que creemos."
"¿Cómo sabemos lo que sabemos? ¿Cómo sabemos que lo que hemos observado en unos objetos y sucesos dados basta para permitirnos entender sus restantes propiedades?Todo conocimiento al que se ha llegado mediante la observación llega incorporadas ciertas trampas. Pensemos en el pavo al que se le da de comer todos los días, confirmando su creencia de que la regla general de la vida es que a uno lo alimenten a diario, hasta la tarde anterior al día de Navidad. El problema sacude la naturaleza del propio conocimiento empírico. Algo ha funcionado en el pasado, hasta que... pues, inesperadamente, deja de funcionar, y lo que hemos aprendido del pasado resulta ser, irrelevante, falso o engañoso."
"Las afirmaciones, por muy arraigadas que estén en nuestros hábitos y nuestra sabiduría convencional, también pueden ser un error peligroso. Nuestra maquinaria deductiva, esa que empleamos en la vida cotidiana, no está hecha para un entorno complicado en el que una afirmación cambie de forma notable cuando su formulación en palabras se modifica ligeramente. Pensemos que en un entorno primitivo no existe ninguna diferencia trascendental entre las afirmaciones "la mayoría de los asesinos son animales salvajes" y "la mayoría de los animales salvajes son asesinos". Aquí hay un error, pero apenas tiene consecuencias. Nuestras intuiciones estadísticas no han evolucionado en el seno de un hábitat en que las sutilezas de este tipo puedan marcar una gran diferencia."
"Nuestras reacciones, nuestro modo de pensar, nuestras intuiciones dependen del contexto en que se presenta el asunto. Reaccionamos ante una información no por su lógica impecable, sino basándonos en la estructura que la rodea, y en cómo se inscribe dentro de nuestro sistema social y emocional.. Los problemas lógicos que en el aula se abordan de una determinada forma, pueden ser tratados de modo diferente en la vida cotidiana. El conocimiento, incluso cuando es exacto, no suele conducir a las acciones adecuadas, porque tendemos a olvidar lo que sabemos, o a olvidar cómo procesarlo adecuadamente si no prestamos atención, aun en el caso de que seamos expertos."
"La memoria y la flecha del tiempo se pueden mezclar. Tenderemos a recordar con mayor facilidad aquellos hechos de nuestro pasado que encajen en una narración, mientras que tendemos a olvidar otros que no parece que desempeñen un papel causal en esa narración. La memoria es dinámica, como un periódico en el que gracias al poder de la información posterior, se registran continuamente versiones nuevas del mismo texto. La memoria se parece más a una máquina de revisión dinámica interesada: recordamos la última vez que recordamos el suceso, y , sin darnos cuenta, en cada recuerdo posterior cambiamos la historia. Y por otra parte, inventamos algunos de nuestros recuerdos, pues se ha demostrado que mucha gente inventa historias de malos tratos en la infancia a fuerza de escuchar teorías".
Y además de tanto eliminar y sustituir recuerdos, llegamos a no saber cuáles eran verdad. http://www.tendencias21.net/Registran-imagenes-del-cerebro-olvidando_a13754.html
Y todo esto... sin abordar el impacto de las emociones, ni osar explicar qué ocurre en nuestra mente cuando dormimos. El tema es apasionante por sí mismo, será interesante continuar aprendiendo, meditando y compartiendo sobre él.
Fuente: El Cisne Negro. Nassim Nicholas Taleb.
Agradecimientos: Drs. Marín y Traver por sus publicaciones.
Añado un enlace sobre una entrevista al autor del libro por Eduard Punset para el que esté interesado en conocer algo más sobre el libro http://www.rtve.es/tve/b/redes2007/semanal/pr325/entrevista.htm y os aconsejo ver el enlace de su programa Redes de anoche dedicado a la gestión de las emociones. http://www.redesparalaciencia.com/7853/redes/redes-130-aprender-a-gestionar-las-emociones
Me reitero en lo dicho, el tema es fascinante.
Me ha gustado mucho el artículo, sobre todo el hecho de considerar que recordamos mejor los hechos que constituyen una narración. Muy instructivo.
ResponderEliminarP.D: ¿la historia del pavo inductivo te la he contado yo alguna vez? Por que es típica mía... :P
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ResponderEliminarGracias Jorge. Todo está sacado del libro, muy recomendable sin lugar a dudas. Mi opinión personal aún está en fase de construcción. Estoy recopilando información y con eso espero tener la mía propia, aunque va en esa línea. Nuestro cuerpo evolucionó, nuestra mente aún funciona como en el paleolítico. Y las emociones encima, la nublan y manipulan
ResponderEliminarLa informática y yo, no somos muy buenas amigas (es evidente no?)
ResponderEliminarEs muy evidente... :P
ResponderEliminarPor cierto, al hilo de la eliminación de recuerdos, recomiendo una bonita película de "ciencia ficción" llamada "Olvídate de mí" (en inglés, el título es aún más sintomático: The eternal sunshine of the spotless mind - el eterno brillo de la mente inmaculada - )
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