Si pudiésemos mirar en el corazón del otro y entender los desafíos a los que cada uno se enfrenta a diario, creo que nos trataríamos los unos a los otros con más genileza, paciencia, tolerancia y cuidado. En medicina, todo el mundo conoce a Cochrane. Lo conocemos porque es el padre de la famosa “Medicina Basada en la Evidencia”. Así que hablando de evidencias, dejo aquí lo que él mismo escribió en su libro Efectividad y Eficiencia (1971): "Tenía un joven prisionero de guerra soviético que se estaba muriendo y padecía mucho dolor. Estaba haciendo un ruido espantoso en un pabellón muy grande. Yo no tenía ni medicamentos ni ningún lugar aislado para él. Nadie era capaz de hablar el ruso. Desesperado, y de manera puramente instintiva, me senté en su cama y le tome en mis brazos. El efecto fue casi mágico, pues calló de golpe y murió pacíficamente unas horas más tarde. Yo aún me encontraba con él, medio dormido y muy tieso. Creo que mi intervención personal mejoró enormemen